City Bell descansa y respira. El aire fresco de una mañana de invierno ayuda a imaginarnos que su Pureza está siendo renovada junto a los nuevos Colores que bailan en el Cielo para presentar al Sol.
Esta brisa flota por las calles detenidas por la reciente noche, desérticas; y, si bien algunos autos ya empiezan a trasportar personas, Vidas y sonidos, no llegan a distraer el vuelo matutino.
Junto a esta Calma se debilitan los sentidos mutados por estos -modernos- tiempos.
El Aire es protagonista y expectador del espacio urbano. Él esta presente, sigilosamente, en el eco de los ruidos agresivos y, también, en las Melodías Simples. Huele con sensibilidad las dulces fragancias y los fuertes olores de la zona. Y su presencia silenciosa nos engaña: lo ve y lo palpa todo... Vacila con delicadeza entre el césped crecido y húmedo, o bien esquiva los obstáculos edificados; roza cada objeto que forma nuestra cuidad -inclusive a las personas-.
Así se dibujan nuestros días, con un aparentemente balanceado contraste, dándonos cierto consuelo y tranquilidad. La naturaleza convive con la mano humana y material.
Nos calma la Trasparencia que nuestro lugar mantiene y renueva cada mañana junto a la Armonía que irradía cada rayo de Luz. Esta certeza nos presta una Sonrisa: City Bell es pausa en un ritmo acelerado, humano y cotidiano.
María Sofía Porta
La Cuidad y los Sentidos
Martes 3 de Agosto del 2010